2014-02-03




Ya aprendí a vivir con los malos servicios.  A lo que no me acostumbro es a vivir con la mentira.

MERU Cabs, una empresa de taxis por teléfono en India, me dio muy buen servicio durante toda mi estadía en Mumbai.  A la hora de reservar el taxi para llevarme al aeropuerto de regreso a México, no dudé en solicitar su servicio, el cual fue confirmado y, según su website, los términos y condiciones de su contrato, y el Times of India!  tiene 100% servicio garantizado al aeropuerto.

El día de la partida estoy esperando con mis maletas.  Normalmente se reportan 20 minutos antes, para avisar que están en camino y dar el número de la unidad.  Pero esta vez me llamaron 8 minutos después de la hora convenida, para decirme que desgraciadamente no tenían auto que me diera servicio.  Me puse muy molesto, no sólo porque me estaban plantando (y no es fácil conseguir un taxi en la calle a hora pico y con maletas) sino porque: ¿qué había pasado con su 100% de garantía al aeropuerto?  Yo entiendo que un taxi les pueda fallar – le explico -, pero si es necesario, tienen que dejar varado a otro cliente para darme servicio a mí, si es que tienen pensado mantener invicto su 100% de garantía.  Mientras le estoy explicando esto, me cuelga. No salgo de mi estupefacción.  ¿Qué hago? ¿Vuelvo a llamar y le grito? ¿Le exijo que me consiga otro taxi?  Mejor me voy a la calle y consigo uno yo.  Como decía Raffaella Carrá en su tema ‘California’: “Llévame hasta el aeropuerto / que esto empieza a oler a muerto / No te digo ‘adiós’ / decírtelo es decir ‘me quedo’ “ 

Mumbai, noviembre 2013



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