Él estaba usando su teléfono inteligente con un palo para sacar fotos. La
gente le festejaba el palo. Cuando se cansó de hablar del palo, desatoró el
teléfono y se puso a mirar la pantalla. La novia le preguntó (en inglés) qué
estaba haciendo. Él dijo que estaba
contando los pasos que habían andado y cuántas calorías estaban quemando en el
trayecto. No digo que esté mal este tipo
de apps, pero creo que si las va a usar para venir a las Cataratas del Iguazú
(sobre todo si es su primera vez) debería ser algo que haga en secreto. Si yo soy la novia, le agarro el teléfono y
se lo tiro en el trayecto superior del Iguazú para ver cómo se pierde en el
caudal de espuma (justo antes de que pueda enterarse de cuántas calorías
gastó).
Foz de Iguazú, Brasil, marzo 2015
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