Foto: Sofía Buenader
-Estoy buscando servilletas bonitas- le digo a la
empleada del bazar.
Ella me muestra unas carachentas, ordinarias, finitas.
-Necesito que sean bonitas -insisto-, porque son para un
evento.
Ella se va y regresa con un paquete más grande de las
mismas servilletas horribles:
-Tengo este paquete de 500.
Supongo que la palabra ‘evento’ para ella no implica
ningún tipo de sofisticación, salvo que involucra una ‘asistencia numerosa’ y,
claramente, mi concepto de ‘bonito’ no le hace ningún sentido.
Ciudad de México, abril 2016
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