2009-06-18



Entré al salón y pregunté quién era Dolores Menéndez(*).

- La que está allá – me dijo un muchacho muy amablemente y señaló al otro lado del salón.

En la otra punta había dos mujeres, muy diferentes. Quería preguntar ¿cuál de ellas? Pero sólo se me venían a la cabeza una catrallada de preguntas políticamente incorrectas como: ¿la gorda o la flaca? ¿la blanca o la negra? ¿la linda o la fea? No pude preguntar nada. Dolores Menéndez escuchó su nombre y ella misma terminó acercándose a mí.

Horas más tarde le platiqué a un amigo sobre este problema en la denominación dicotómica que debía evitarse porque siempre moría en una posición políticamente incorrecta. Él concluyó:

- No es para tanto. Podrías haber preguntado “¿la de la izquierda o la de la derecha?”

Me quedé callado. Reflexioné.

(*) nombre ficticio

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