Fuimos a pasar unos días a la cabaña de veraneo de un amigo en Crystal Lake, al norte de Michigan. Él debía volver a trabajar, entonces nos dejó solos en la cabaña durante la semana, con instrucciones específicas sobre la basura, como por ejemplo: había que sacarla hasta la carretera, en unas bolsas amarillas que tienen un logo en especial. Yo le presté atención pero parece que no fue suficiente. La primera vez, no se llevaron la basura porque no la dejé en el ‘spot’ correcto (la dejé como a 5 metros de distancia). La segunda vez saqué la basura un día antes del día que debía sacarla, entonces una vecina nos habló para decirnos que habíamos hecho mal en sacarla antes, porque esa basura traía toda clase de alimañas a la zona.
Para evitar que algo así sucediera nuevamente, otra de nuestras vecinas decidió tomar riendas en el asunto y, el día de recolección de la basura (viernes) nos llamó como a las 8:15 AM y dejó un mensaje en la contestadora: “Hi, guys! It’s judy! I am just calling you to let you know that today is Garbage day”.
Cuando escuchamos el mensaje, nos miramos entre nosotros sin poder creer lo que estábamos viviendo. Nos hablaba de Garbage day como si fuera un feriado nacional.
2 horas más tarde estábamos en el supermercado, en el pueblo más cercano a la cabaña, y de repente vimos a una señora gorda con su carrito lleno de refrescos, papas fritas, y snacks de todo tipo. Mi amigo se dirigió a mí y me comentó: “supongo que la señora se está preparando para la Garbage Day Party”.
Frankfort, Michigan, September 2009