Su novio regresó de un largo viaje por Japón. Ella no había nunca recibido una carta de él, pero no quiso reclamar. Él comenzó a quejarse y a culpar al correo. Cuando terminó con todas las excusas, ella lo miró a los ojos y le dijo:
- Las cartas que no se escribieron no llegan jamás.
María Luisa Varela a Cacho Carrió, Buenos Aires, años 60’s
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