Mis amigos traen cargando una gran bolsa llena de ropa que van a donar a la caridad. Me la pasan y dicen:
- Fíjate si hay algo que te sirva.
No lo comento, pero tengo 3 sentimientos encontrados:
- uno: me degrada que me ofrezcan ropa que van a dar a beneficencia,
- dos: me da culpa quedarme con algo que otra persona necesita más que yo,
- tres: ellos tienen muy buena ropa, y seguro hay más de una prenda increíble que me vendría al pelo.
Me limito a contestar: “No, gracias, si lo van a dar a beneficencia, dénselo a alguien que realmente lo necesita”.
Uno de ellos me mira con intolerancia y dice: “Ay, por favor, si lo estamos dando a beneficencia es simplemente por alguna de estas 3 razones:
- ya no nos gusta, o
- ya no nos entra, o
- ya no entra en nuestro ropero.
Agosto 2010