2014-12-18


Fuente: http://static.tvazteca.com/imagenes/2011/20/850234.jpg

Estamos en una reunión.  El teléfono de uno de los asistentes suena.

-ay, ¡ay! – dice, y parece que intenta apagarlo.

Continúa sonando.

-¡perdón! ¡perdón!

Mueve las manos para arriba y para abajo. Lo mira por delante, por detrás. Nos mira a todos. Sonríe, hace muecas.

-Ay ¡no se apaga!

Se para, hace como que se va a salir de la sala pero no se sale.

Finalmente consigue apagarlo, suspira aliviado, hace un comentario, se sienta.

Alteró a todos con sus gritos, mucho más que con el celular, y la distracción que generó fue peor que si hubiera respondido.

México DF, 2014

No hay comentarios.: