Mi amigo
psicoanalista me pregunta:
-¿qué
diferencia existe entre “belleza”, “hermosura”
y “maravilla”?
Podría
hacer un ejercicio semántico pero es inútil, sé que tiene otra cosa preparada
para mí.
-No lo sé,
le digo.
-Pues la
misma que existe entre “atrevida”, “maleducada” y “bandida”.
Enrique
Acuña, Buenos Aires, abril 2014
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