Revista del avión, 2015
2015-03-18
2015-03-17
Nadie
podría creer que esta chica se ve así gracias a las cremas. Nadie piensa que
esta chica necesite usar cremas. Ella ni sabe que hay vida después de los 50.
Creo que
estoy entendiendo mal la publicidad: probablemente la idea es que después de
los 50 tengas la actitud adolescente de tu nieta.
Revista del
avión, 2015
Me llama la
atención la estructura al centro de la sala. Es de granito.
Muy baja y muy fría para ser un banco donde sentarse a descansar o
apreciar las obras de arte.
Me acerco a
una de las guarda-sala y le pregunto si eso es para sentarse.
Me dice que
en realidad era el pedestal de un conjunto de esculturas que fueron removidas
para emplazar esta exposición temporal.
Si quiero, me puedo sentar, ahora.
Pero cuando vuelvan las esculturas a su lugar ya no me podré sentar, me
aclara.
Qué bueno.
Museo
Nacional de Arte, México DF, enero 2015
Nadie
supuso que los famosos ‘minions’ de la película ‘Mi villano favorito’ estaban inspirados en estas máscaras indígenas de México de procedencia
desconocida (‘casco de jaguar’, madera).
Museo de
Arte Popular, México DF, enero 2015
Esta obra
me asombró triplemente: no sólo el medio utilizado era diferente a lo que
aparentaba (parecía plástico o cartón barnizado pero era trigo), sino que
estaba sugerida su utilización ornamental (colgar tipo cuadro) y además se
vendía por peso y no por unidad como un cuadro común.
Super Che
Reforma, Tlatelolco, México DF, enero 2015
Estuve 12
años de mi vida escuchando sobre la “matanza de Tlatelolco”. Nunca había llegado en persona al lugar
trágico e histórico. Este año, no bien
comenzado, decidí que no podía pasar un solo día más sin haberlo visitado,
siendo que vivo en la ciudad y conozco la historia. Para empaparme bien del tema, antes de
visitar la plaza, pasé al Centro Cultural Universitario Tlatelolco y recorrí,
en detalle y por horas, la exposición permanente llamada “Memorial del ‘68”. Cuando estaba mentalmente listo, fértil,
poroso de sensibilidad para acceder al espacio de la plaza, me encontré que
estaba cerrada por remodelaciones.
Plaza de
Tlatelolco, México DF, enero 2015
Algunos
dicen que la Estrella de Belén puede haber sido el Cometa Halley, que pasó
justamente la noche en que la Virgen María alumbraría al Niño Dios.
Imagino que este pesebre corresponde a devotos de una teoría diferente: no era el cometa sino una lluvia de meteoritos blandos de colores, que se estrellaron en la zona de parto sin generar daños en la superficie terrestre.
Iglesia de
San Lorenzo, Tlatelolco, México DF, enero 2015
Me imagino
que, cuando el pintor o su jefe hizo el presupuesto para pintar el frente del
edificio, habrá pensado cuántas veces tendría que subir y bajar, y cuál era su
ángulo de acción sentado en el columpio.
Una vez realizado dicho cálculo, tiene que haber pensado que, en cada
piso, debería inclinarse tanto hacia la derecha como a la izquierda, y que en
cada inclinación estaría jugándose el susto de su vida, sin hablar del 47% de
probabilidades de volcar la cubeta de pintura amarilla sobre los transeúntes
por cada susto no consumado en tragedia.
Claramente
es uno de los proyectos que, independientemente de quien lo haya comisionado y
quién lo esté ejecutando, lo mejor es llegar el último día y ver ‘qué tal quedó’
para no estar fumando el suspenso del trapecismo sin red.
Tlatelolco,
México DF, enero 2015
Yo entiendo
el valor histórico de la mayoría de los hallazgos arqueológicos. Aunque ‘hallazgo’ no significa que
necesariamente deba ser exhibido. Puede
quedar en los libros, o en una gaveta, correctamente catalogado. ¿Por qué
querría ver yo un pajarito que se parece más a un pirata anciano que al pájaro
de 400 voces?
CCU
Tlatelolco, México DF, enero 2015
2015-03-06
Cuando vi
la manifestación de esta persona gritando su amor por Ludmila, no pude evitar
recordar la escena de Cabaret en la cual Liza Minelli enseña a Michael York los beneficios de gritar bajo un
puente, hasta reventar los pulmones, en el momento que el tren pasa.
Creo que
esta propaganda hubiera sido un HIT en la época del corralito.
Av.
Lugones, Buenos Aires, Argentina, febrero 2015
Debo
reconocer que, pictóricamente, me pareció muy emocionante ver una plaza llena
de paraguas bajo a la lluvia, frente al Cabildo, recreando la escena de “Elpueblo quiere saber de qué se trata” aunque el Cabildo haya perdido la
mayoría de sus arcadas y no sepamos si en 1810 ya se importaban paraguas de Londres o si aquel 25 de mayo realmente llovía.
Buenos
Aires, Argentina, 18 de febrero de 2015
Mi padre
tiene esta antigua escalera-banco y me la ofrece para sentarme.
“Es
peligroso sentarme ahí”, le digo.
“Si querés
me siento yo”.
“No, ¡peor! Yo puedo llegar a salvarme, pero vos te
quebrás algo seguro. Hay que tirarlo”.
“No”, me
dice, “yo lo uso”.
“¿Para
qué?”
“Para
alcanzar cosas altas, pero claro”, agrega para dejarme tranquilo, “no lo uso en
su modalidad ‘escalera’, sino en su modalidad ‘banco’ ”.
Buenos
Aires, febrero 2015
2015-03-05
Una amiga
parisina vive en una antigua casa de San Telmo. Frente a la casa, hay otra más vieja,
abandonada y tapiada, en cuyo techo se juntan miles de gatos. Desde el balcón de su casa, mi amiga les
arroja, periódicamente, una bolsa de plástico llena de restos de comida. La bolsa surca el aire hasta caer sobre la
terraza de enfrente, reventar en el piso, y los gatos se arremolinan alrededor
del tesoro.
Un vecino,
del edificio junto a la casa abandonada, advierte la maniobra y furioso le
grita: “¡villera!”
Ella aún no
maneja toda la terminología del castellano porteño, así que antes de decidir si
su grito la agrede, entra a su casa, donde estamos sentados tomando un vino, y
nos pregunta con acento francés: “¿qué quiere decig villera?”. Le
explicamos. La expresión de su rostro
cambia. Se da media vuelta y corre al balcón a enfrentar a su vecino. Con el puño en alto le responde: “¡Yo no soy
villera! ¡¡Yo soy francesa!
En el momento que construyeron la Facultad de
Ingeniería (sucursal Paseo Colón, 1952) jamás pensaron que llegaría el día que
tendría que competir con aledañas moles (todas erigidas con propósitos diferentes).
El
pensamiento del párrafo anterior queda totalmente sin sentido a partir de que
me entero que el propósito original del edificio era ser la sede de la
Fundación Eva Perón, una entre las innumerables moles planeadas por el
peronismo para la ciudad de Buenos Aires y las provincias.
Bella
Vista, Corrientes, Argentina, marzo 2015
Paseo Colón
e Independencia, Buenos Aires, Argentina, febrero 2015
No sé si el
dueño tendrá algún amigo que sepa algo de Letras, pero si lo tuviera, ya le
habría dicho que la razón social de su local conlleva una disonancia que
resulta de la inarmónica combinación de los elementos acústicos de la palabra. Sería muy grosero decirle que su restaurant
es una “cacofonía”.
Puerto Vallarta, Jalisco, México, 2015
Como si no
vendieran suficientes cosas en el Woolworth, ahora se montaron la “Villa
Juguete”. Lo bueno para los padres es que las ofertas en el interior están tan
entremezclados que con suerte los niños se pierden en los senderos antes de
llegar a la villa.
Puerto
Vallarta, Jalisco, México, enero 2015
Estoy
recorriendo la Plaza de la Tecnología y advierto que un alto porcentaje de los
dueños de los locales son chinos. Como
dicen los chistes de discriminación: “yo no tengo nada en contra de los chinos”
pero me preocupa un poco que no solamente sean quienes producen los insumos y
los exportan, sino que ahora también sean quienes los venden al consumidor
final en los distintos países que los reciben. ¿Qué va a pasar con la gente que
se dedicaba a esto? ¿Qué industria, rol o profesión les hará lugar?
Mientras
pensamientos extraños se agolpan en mi mente, recibo un correo electrónico con
la invitación a una exposición en el Museo de la Memoria y la Tolerancia
intitulado “La matanza de chinos en Torreón”.
Concluyo que la gente que vendía insumos al público en la Plaza de la
Computación podrá ser fácilmente relocalizada en Torreón, donde seguro se han
liberado varios puestos de trabajo.
Eje Central
y República del Salvador, Centro Histórico, México DF, enero 2015
La
instalación Herencia ha recabado, a lo largo de los
años, miles de cándidas historias sobre cada uno de los platos que la
compone. Una de las más insólitas es la
que nos contó una amiga cuando nos donó un bellísimo plato de talavera. Nosotros le dijimos que no lo hiciera: siendo
un plato tan bello, funcional y costoso, no debía desprenderse de él. Ella insistió que iba a estar mejor con
nosotros. A fuerza de rechazárselo,
debió confesar: “no quiero verlo en mi casa: me lo regaló mi cuñada ¡y la
odio!”
Club de
Golf Bosques de Santa Fe, México DF, 2013
La empleada
de la boletería del museo tiene unas uñas esculpidas gigantes. Tan grandes que no atina a separar un boleto
del talonario para recortarlo y entregármelo.
Frente a su torpeza autoimpuesta, decido halagarla: “¡qué maravilla!
¡qué uñas!”- le digo. Ella se ruboriza y
contenta responde: “¡gracias! Aunque la verdad es que no puedo hacer nada. Pero ahí la llevo” – sentencia. Yo le sonrío cordial y por dentro pienso
“pensar que te estoy pagando tu sueldo: no sólo para que no hagas tu chamba
sino para que encima lo gastes en esas uñas horribles!”
Museo
Nacional de Arte, Centro Histórico, México DF, enero 2015
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