Con semejante literalidad en la catalogación, en mi puta vida se me ocurriría comprar otro boleto que no fuera el de "público en general".
Muelle a Cataño, San Juan, Puerto Rico, abril 2009
Ahora sí que nadie le va a tomar el pelo al dueño del bar... El pobre estaba cansado de decir "el uso de los baños es exclusivo para clientes", porque siempre venía alguno q le decía "pero si yo soy cliente: siempre vengo aquí, no te acuerdas?". Entonces el dueño dijo: "sí, pero tienes que estar consumiendo". Y el otro responde: "claro que estoy consumiendo" (pero estaba chupando en el local de al lado). Entonces el dueño debió aclarar: "en este local".
Ahora, con tantos salvoconductos, a nadie le quedan ganas de mear en su bar.
Plaza del Mercado, San Juan, Puerto Rico, abril 2009
"O yo estaba muy pedo, o su reloj era muy moderno"
(resultó ser lo segundo: cada color marca hora, minuto, segundo, am, pm... lo que implica que cada vez que uno quiere saber la hora, tiene que hacer un proceso de deconstrucción simbólica adicional, al que tuvimos que aprender en la escuela para saber la hora)
Reloj de Edgardo Texidor, Viejo San Juan,
Puerto Rico, abril 2009
My friend Armando lives and studies in Stanford, California. For some reason, last week he received this peculiar invitation:
Dear Friends & Colleagues,
On Saturday, May 2 nd , from 10am to 2pm, there is a unique opportunity to expand our compassion for those who struggle with poverty and limited resources by participating in the Poverty Simulation Workshop. This is a workshop that will help you to understand the courage, resilience, and frustrations of those in our communities who live on the edge of homelessness and poverty. Please plan to come and we can handle quite a few people but you must pre-register so we can tailor the simulation to the number of participants.
April 22nd, 2009
Cortar con todo. No responder ningún correo, ni una llamada, no decir que se está "bien" cuando a uno le preguntan, pero tampoco relatar los problemas. ¿Cómo ignorar todos los mensajes sin discriminar los asuntos que realmente deben ser contestados? (los amigos con quien ya hay compromisos, la familia que se preocupa, los compromisos económicos -deudas-). ¿Cómo hacer una catarsis de uno sin arrastrar a todos en el intento?. ¿Y como hacer todo ésto sin pensar qué sigue después? ¿Cómo reinsertarse? ¿Cómo recuperar la confianza de los demás sin que piensen que en algún momento uno estuvo loco? En control, todo el tiempo, en control.
Se tiró desde la terraza de un edificio a la mitad de la avenida, en hora pico, con una mochila llena de una selección de sus obras no publicadas. Su muerte no pasó desapercibida: no sólo le complicó la vida a mucha gente durante un buen rato, sino que además se aseguró de cuáles serían las obras de su autoría que iban a trascender.
(Propuesta creativa de suicidio, útil para un escritor frustrado)
La vecina del 32 volvió a entrar a mi casa. Quería pedirnos un favor pero le daba mucha pena. "Adelante!", la animamos. "En que podemos ayudarla?". Ella nos dijo que su hija tenía un amigo argentino q se había quedado sin trabajo y estaba buscando un lugar para vivir. "Y?" dijimos nosotros. "Bueno, pensé que tal vez como ustedes son argentinos podrían hospedarlo aquí". Nos miramos, incrédulos. La vecina del 32 es un caso aparte.
México DF, marzo 2009
Habíamos tenido un problema con un vecino borracho que nos destrozó las plantas y rompió los focos de la terraza. A los gritos, reclamamos a los vecinos que cómo era posible que nadie hubiera visto nada. Luego de algunas entrevistas con varios de ellos, estábamos igual que al principio. Entonces entró a mi casa la vecina del 32, muy avergonzada, y apenada por nuestra desgracia. Nos dijo que podíamos contar con su ella si necesitábamos alguien que nos ayudara a conseguir un nuevo lugar para vivir.
México DF, marzo 2009
Una amiga mía siempre preguntaba qué hora era en España, qué hora era en Chicago, qué hora era en Argentina. Un amigo, molesto, le dijo: "por que no preguntás que hora es en Marte?". Ella espetó: "porque en Marte no hay hora".A mí me dejó pensando... Será cierto? O será que allí la hora se cuenta distinto? O simplemente a nadie le importa qué hora es en Marte?
Yo estaba sentado en una de las salas de abordar del aeropuerto, leyendo "Doce pruebas de la inexistencia de Dios", de Sebastien Faure, y al lado vino y se me sentó una monja toda vestida de blanco. No creo que lo haya hecho a propósito. Por las dudas, seguí leyendo tratando de esconder la tapa.
Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México,
Benito Juarez, mayo 14, 2009
La publicidad de televisión abierta en la Ciudad de México está un poco descarrilada. A menudo estoy viendo un comercial y, una vez que finaliza, miro a mi alrededor para verificar si la persona que está conmigo viendo la tele quedó tan desconcertada o shockeada como yo.
Cabe enumerar los siguientes ejemplos:
Caso 1
Un niño, de espaldas a la cámara, está jugando a la pelota con su papá. Platica una historia doméstica en la cual, por desgracia, le explotó un tanque de gas. Acto seguido, el niño se da vuelta y se ve su rostro desfigurado. La publicidad es sobre el seguro social o alguna institución de apoyo económico para accidentes.
Caso 2
Una chica de unos 20 años le habla a la cámara sobre su problema de bulimia. Ella vomitaba todo el tiempo y el médico le dijo que tenía quemado el esófago. Está a punto de llorar. Pensó que iba a morirse, pero ahora descubrió Genoprasol (u otro producto similar) que le permite vivir felizmente con este problema. Sonríe (¿porque puede seguir vomitando?).
Caso 3
Una niña está pintando un cuadro. El locutor dice que Laurita es muy buena pintora y que le encanta pintar. Pero a ella le hubiera gustado más ser bailarina. Lástima que su mamá no se acordó de tomar ácido fólico. Entonces Laurita se pone de pie, agarra sus muletas, y abandona el cuadro.
Le comenté a mi amigo Alan, mexicano, qué pensaba él de todo esto. “¿La publicidad es desagradablemente sensacionalista? ¿O hay algo que yo no entiendo?”, pregunté. Él me dijo que no me afligiera. “Esto es un negocio como cualquier otro”, señaló, “se llama tráfico de sentimientos”.
Alan Vargas, México DF, abril 2009
Todos los días paso por la calle de Gante. Allí hay decenas de personas que reparten volantes con publicidad de Ópticas. Gritan y dicen: “análisis de la vista gratis con sus lentes”, “micas en 100$”, “armazones con descuento”. Todos se interponen en mi camino e intentan darme un volante al tiempo que vociferan su oferta. Pero ya tengo entrenamiento: los esquivo sagazmente y no dejo que me carguen con ningún papel.
Sin embargo el otro día uno se paró enfrente y me obstaculizó totalmente el paso. Me extendió su mano con un papel y me dijo: “Buenas tardes, joven. Aquí tiene usted lo que es un volante”.
México DF, Centro Histórico, marzo 2009
Me gusta la calle a las 6 de la mañana. A esa hora los sujetos que se creían dueños de la noche ya no se ven por ninguna parte y los que se creen dueños del día aún no salieron. Las 6 de la mañana es un punto de traspaso entre dos mundos y es el único punto del día en que esto acontece. Se diferencia abismalmente del anochecer porque, cuando la noche sucede al día, la calle no llega a vaciarse y el mundo nocturno empieza a cobrar ímpetu; incluso reutiliza personajes que arrastra del turno previo.
A las 6 de la mañana, en cambio, la calle es total estreno: el sol, el aire, la gente, los sonidos, los olores, cambian por otros nuevos.
La Condesa, México DF, 4 de abril, 2009
Todos se quejaban de nuestro nuevo amigo porque era medio hippie. Entonces empezaron a opinar qué actitudes definían a un hippie. Todos coincidieron en muchos puntos incluyendo el de que no se bañan a menudo. Alguien agregó que, a la hora de salir de vacaciones, un hippie prefiere hospedarse en una cabaña sin paredes ni puertas y dormir en una hamaca. Entonces yo pensé si realmente eso era una preferencia o un modo de supervivencia: en una comunidad de hippies lo mejor es mantener todo bien ventilado: que el aire circule, en todas las direcciones, hasta por debajo de las camas.
Los 28 de cada mes se celebra en Ciudad de México el día de San Judas Tadeo. La estación de metro Hidalgo (así como las líneas de metro y combinaciones que a dicha estación llevan) se llenan de adoradores de San Judas que llevan sus estatuas particulares a ser bendecidas.
El 28 de marzo pasado, al subir al metro me encontré con esta aparición: antes de recordar que era 28 de marzo, sentí que Jesús había resucitado antes de tiempo y que yo era el apóstol número 13.
28 de marzo de 2009, metro Bellas Artes, línea azul, México DF
Yo había oído hablar del “Parque de los Venados Acariciables” en Amecameca, Estado de México, pero tenía mis reservas al respecto… con ese nombre no me parecía un lugar apropiado para llevar a los niños; sentía una connotación pseudo-erótica en el nombre y quién sabe qué podía encontrarse uno allí: mejor no exponer a las criaturas. Un amigo mío me obligó a repensar mi actitud cuando dijo que para él el “Parque de los Venados Acariciables” le sonaba así como “El Bosque de los Ositos Cariñosos”.
México DF, febrero 2009
El niño de 2 años chillaba y chillaba (algo quería). La madre dijo que buscáramos su pelotita, que con la pelotita el niño se calmaba. Estuvo buscándola un buen rato sin resultados. Entonces yo pensé que podría haber quedado en el auto y decidí ir a buscarla. Cuando fui por ella me encontré con esta imagen… Por un momento dudé si el niño no sería pariente de Superman y su madre, para tranquilizarlo, le encajaba kriptonita…
Leonardo Zompa y Nora Carrillo, México DF, febrero 2009
La anciana del departamento 17 todos los días saca su ropa a blanquear al sol. Son los 2 únicos momentos del día en que se la ve: cuando saca la ropa y, horas más tarde, cuando la entra. Me pregunto cuán preocupada estará ella por la crisis económica mundial, el robo de identidad por Internet, la diferencia de cotización del euro con el peso, el tráfico abominable que enloquece a la gente que, tras la puerta de entrada a la vecindad, intenta regresar a sus casas…
México DF, enero 2009
Yo ya hice mi desaprobación sobre el candor con el que las parejas se hacen arrumacos en el metro http://lonegaretodo.blogspot.com/2008/08/dentro-de-la-innumerabilidad-de-cosas.html; y creo no soy el único que lo ha notado: un amigo de Chicago vio las parejas abrazándose y besuqueándose en el metro y me dijo: “people get really affectionate in here”. Claro que estuve de acuerdo. Mi consuelo es pensar que por lo menos en Gran Bretaña están haciendo algo al respecto…
México DF, Febrero 2009