2008-08-25



Dentro de la innumerabilidad de cosas que pueden decirse sobre el Metro de la Ciudad de México yo quiero decir que es un sitio amoroso: hay una necesidad que tienen las parejas de abrazarse y besarse, de ‘franelearse’ incansablemente mientras esperan que el tren llegue. Y sobre todo existe esta especie de ritual en el cual, no bien se suben al vagón y la puerta se cierra, se plantan un beso.

México DF, octubre 2007

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