2008-08-25

En toda la región de Andalucía (sobre todo en Córdoba) percibí cierta aversión hacia el mundo de las computadoras. Entre los síntomas que advertí se encuentran los siguientes (la enunciación es nominativa y no taxativa):
- En la estación de trenes los sistemas de Córdoba no estaban conectados con los de Madrid, por lo que si quería comprar un boleto de Córdoba-Madrid y otro Madrid-León, podía comprar el primero pero el segundo debía comprarlo en Madrid.
- Una pareja cordobesa en sus 30 y tantos años de edad nos comentó que “lo último que entraría a nuestra casa es un ordenador”
- En el hotel, cuando preguntamos dónde podíamos conectarnos a Internet, nos enviaron a esta especie de cajero automático.



Córdoba, España, julio 2008

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