2009-12-10



Un banco así da confianza. Una vez que terminé la operación, no sabía si había sido exitosa, o tenía que volver a intentarlo, o tenía que llamar al call center, o me había agarrado un virus y tenía que llamar al técnico en PC.

Impresión de un portal bancario luego de enviar un mensaje al banco



Mi amigo, arquitecto de Chicago, decidió pasear a su colega de Londres, y al hijo de éste por el centro de Chicago después de la cena. Ellos iban a estar solamente 48 horas en la ciudad y dadas las ocupadas agendas de ambos, no habría tiempo para volver a verse y recorrer la ciudad. Por lo tanto, improvisaría un tour nocturno.

Entusiasmado, porque Chicago me parece una ciudad esplendorosa, le pregunté al hijo del arquitecto visitante, de 15 años, qué le parecía Chicago.

- No me puedo quejar – respondió él.

Entiendo que Londres es también una ciudad impactante y quizá por ello Chicago no le impresionaba tanto. Durante el paseo, mi amigo arquitecto señaló miles de detalles y anécdotas riquísimas que yo desconocía. Me puso muy contento, porque si bien yo había hecho en alguna oportunidad un tour arquitectónico, estos detalles nunca los había oído y el tour había sido de día. De noche, los edificios son mucho más omnipotentes.

El jovencito me mira con cara de fastidio y dice:

- ¿Por qué tenemos que hacer esto de noche?

Pensé en mí a los 15 años. No: yo no era así.
Chicago, octubre 2009


En California el nudismo es legal. Puedes andar en pelotas por donde quieras. La única razón por la que deberías cubrirte es si 2 o más personas se quejan de tu desnudez.

Reporte de Armando Miguélez, desde Stanford, California, septiembre 2009



Los de Telmex, de un día para otro, le pusieron clave de recuperación de mensajes a mi teléfono de línea, SIN AVISARME.
Los acontecimientos sucedieron así: me desperté en la mañana, levanté el tubo, y el tono indicaba que tenía mensajes recibidos, pero no podía escuchar porque necesitaba ingresar una clave. Llamé a Telmex, a quejarme de por qué me ponían clave si yo no la había solicitado. Me dijeron cuál era mi clave temporal para recuperar mensajes. Así que colgué, marqué *86, puse la clave, y la voz grabada de la señorita me dice que tengo “un nuevo mensaje”. Lo escucho. El mensaje me avisa que a partir de hoy, para usar el contestador, deberé ingresar una clave, “su clave temporal es…”

Mexico DF, noviembre 2009


No recuerdo de quién es esta escultura que vi en el jardín interior del Museo de Arte Moderno de Ciudad de México. Pero inmediatamente me hizo pensar que era la versión que Keith Haring (USA, 1958, http://es.wikipedia.org/wiki/Keith_Haring) hizo de Quetzalcóatl (la serpiente emplumada).





Keith Haring, sin título

When I saw the building I found it incredible. I wanted a photograph of those wonderful domes. Unfortunately, the ‘Lube’ sign got in the way and the picture looked like a rack in a sex-shop (with the lube next to the dildos).

Ukranian Catholic Church, Norridge, IL, october 2009


Cartel en la puerta de una escuela, Ciudad de Puebla, México, noviembre 2009

Cuando vi esta imagen me dio un poco de cosa. El señor agarrando a la niña… “saboreando las mieles del triunfo”… me hizo acordar a algunas escenas de la película ‘Ray’ (biografía de Ray Charles) donde el músico ciego identificaba a las muchachas que le gustaban palpándoles el antebrazo y el codo.









Stills de video de “Ray”, 2004, Universal Studios





En Estados Unidos, el miedo a las demandas y la famosa ‘burbuja de confort’ se proyectan no sólo alrededor de los cuerpos humanos sino también en el tráfico. ¿Cómo puede ser que armen semejante descajete pero a la vez todo se vea ordenado, con aire alrededor, congestionado pero respirando?

E Dewitt and Mis Van der Rohe, Chicago, IL, septiembre 2009



Miro varias veces la situación en el taxi de adelante. ¿La morenita extiende su mano y la señora canosa la toma? ¿O la morenita quiere quitarla y la señora no la suelta? ¿El taxista las observa en actitud sospechosa? De repente un muchachito, apoltronado en el centro, se levanta con sus manos sobre la cabeza.

Tlalpan, México DF, noviembre 2009



Me fue difícil determinar qué era parte de la arquitectura y qué no.

Banco Santander, Tlalpan, México DF, noviembre 2009

2009-12-08





The Art Institute of Chicago, The Modern Wing,
opening day, Chicago, IL, June 2009




Miré hacia el techo abovedado de la iglesia. Los bellísimos frescos no conseguían distraerme ni quitar de mi vista el foco de bajo consumo que tenían colgando del centro de la cúpula. ¿Era un acto consciente de austeridad ejemplar? ¿O la miseria remanente de un hermoso candelabro que ya dejó de existir en ese espacio?

Tepoztlán, Morelos, México, noviembre 2009



Ernesto pretende casarse con Araceli. Su ficha está pegada en la cartelera de la Iglesia de Tepoztlán, a ver si alguien tiene algo que decir en contra de su enlace.
Yo no tengo nada en contra de Ernesto, ni de Araceli, ni de su enlace. Mi objeción es para el hijo de puta que abrochó la foto del pobre Ernesto.

Tepoztlán, Morelos, México, noviembre 2009


Pasamos por la puerta de la nueva ala del University of Michigan, Museum of Art (UMMA). Alguien le preguntó a mi amigo arquitecto qué le parecía el nuevo edificio. Él dijo que estaba bien, pero tenía algunos detallitos que no le cerraban. Entonces señaló una terminación en el extremo superior izquierdo de la fachada:



La situación me molestó un poco: no sé si porque me parecía exagerado que mi amigo se fijara en un detalle tan insignificante, o porque yo ya había advertido el detalle antes que él (me di miedo de mí mismo).

Ann Arbor, Michigan, octubre 2009

Cuando vi la marca del equipaje de mi amigo, pensé: “quizá aquella señora que se quejaba en el mostrador de American en noviembre del ’94 no estaba tan mal…”
El vuelo New York – Miami se había demorado por una tormenta. Encima, todas las maletas se habían quedado a mitad de camino, en la conexión. Una señora porteña estaba indignadísima porque su viaje se complicaba. Con su puño golpeaba el mostrador de American Airlines y le reclamaba, furiosa, a la empleada: “I want my equipage!”.
En aquel entonces yo ya había aprendido bastante Inglés, y sabía que la maleta era “suitcase”, “luggage” o “baggage”.

Miami International Airport, noviembre 1994


Expo Mujer – “el evento para mujeres más esperado del año”.

¿Esperado por quiénes?

Metro de la Ciudad de México, noviembre 2009






Yo no desconfío de la realidad, de la cual no sé casi nada. Desconfío de la imagen de la realidad que se nos presenta a través de nuestros sentidos, imperfecta y circunscrita.

Gerhard Richter – Portraits


Yo no sabía que no

verte sería igual (tan dulce)

a nombrarte para que

vengas (y no vengas)

y sólo haya tú

Poema anónimo en el baño de ‘La botica’,
mezcalería, México DF, noviembre 2009

Es como una de esas preguntas de examen donde hay que responder si es verdadero o falso pero de manera compuesta. Las opciones son:

1. ‘A’ es verdadera y ‘B’ falsa.
2. ‘A’ y ‘B’ son verdaderas.
3. Ninguna es verdadera.
4. Quién sabe.

Metro de la Ciudad de México, noviembre, 2009
Me llamó la atención la arquitectura de la Iglesia Seventeenth Church of Christ, así como la de la Federal Prison, en Chicago. Por motivos distintos, me parecían especiales, impactantes. Mi amigo arquitecto me dijo: las hizo el mismo arquitecto (Harry Weese), y el movimiento arquitectónico al que pertenecen se llama “brutalista”.



Foto: Wikipedia





















Foto: Stephanie Fysh, 2006
Chicago, septiembre 2009

2009-11-01


 
Es de noche y estamos en la pequeña playa junto al lago. El otoño ha comenzado y ya no queda nadie en la zona que pueda hacer el mínimo ruido. Nosotros contemplamos la quietud del lago en la oscuridad, en silencio. De repente, vemos una canoa que apenas se divisa bajo la luz de la luna, remada por 2 adultos mayores que, evidentemente, han salido a disfrutar de ese momento de paz que la naturaleza cristalina del lago les brinda. Entonces mi amigo siente que es un buen momento para hacer una intervención espontánea en el medio ambiente. Agarra mi iPod (que tiene un parlante incorporado), fugazmente recorre la música disponible, elige rápido una canción y la noche se quiebra, a todo volumen, al compás una negra que grita:
"Eveybody dance now!"
Gonna make you sweat (c+c music factory) en Crystal Lake, MI, octubre 2009


Su amigo Axel viene de Helsinki, entonces lo presenta con su amigo Dirk, esperando que Dirk lo recuerde porque ya se lo ha presentado antes.
- ¿Te acuerdas de él? - le dice -. Lo conociste en Nueva York, el año pasado - mira el rostro de Dirk esperando alguna señal pero no ve ninguna -. Él estuvo con nosotros en el bar del Gramercy, ¿te acuerdas? - no hay señal -. Fue esa vez que fuimos a ver a Madonna. Tomamos algo en el bar, él estaba sentado a tu lado, junto a la entrada. Éramos una mesa como de 10 personas. Después de ahí fuimos a cenar comida thai. Él te contó que estaba haciendo un proyecto, diseñando unos robots, y que se había ganado una beca para construirlos en Pittsburg. Te contó que habíamos estudiado arte con la misma maestra, en Buenos Aires, ¿te acuerdas?
Dirk lo mira y le responde:
- Me acuerdo de Madonna...

Chicago IL, octubre 2009


Lo invitamos a cenar a casa, con su familia. Luego de la cena, estábamos escuchando música, muy a gusto, mientras los niños jugaban por ahí.

- Qué buena onda que los vecinos no se quejen - me dice él.

Yo no entiendo a qué se refiere, así que le pregunto:

- ¿Y de qué podrían quejarse?

- De la música - me responde.

- La música está a un volumen súper moderado – le digo.

Pienso en nuestra conducta regular.

- Y casi nunca escuchamos música.

Pienso en el día que es.

- Y hoy es viernes.

Miro la hora.

- ¡Y son las 9:27!


Chicago, IL, septiembre 2009


La cena de beneficencia se desarrollaba tal cual lo esperado. Sobre el final del evento, la conductora anunció que se iba a hacer la rifa. No consiguió silencio de la gente, que estaba muy entusiasmada platicando, comiendo postre, y ya con varios vinos encima. En el proceso de llamar la atención, ella dijo algo un poco impropio, quizá rudo. Yo le dije al comensal junto a mí: "qué mal que se enoje: tiene que entender que la gente ya está bastante tomada como para prestarle atención". Él respondió: "yo creo que la que está bastante tomada es ella".

Renaissance Society Benefit, Chicago IL, October 2009



Mi amigo aprendió a no dar opiniones contundentes en Estados Unidos. La gente no espera una opinión contundente de alguien que apenas conoce. Una vez él había expresado sus opiniones con mucha seguridad acerca del trabajo de un artista y, cuando esperaba que su interlocutor contestara de manera equiparable, el otro se limitó a decir "I think it's great". Entonces él aprendió que ésa era una respuesta cómoda, que nadie cuestionaba, y le evitaba que luego lo estuvieran juzgando por opinar. Así que la siguiente vez que le preguntaron por una obra, él se limitó a decir: "I think it's great". Su interlocutor, que ya lo conocía por sus opiniones, olió gato encerrado, entonces le dijo: "OK, but how great do you think it is?".

Chicago, IL, octubre 4, 2009


We were invited to a cocktail at some guy's house, who said he was giving the cocktail for her friend who had come from London. He had recently bought a piece of art from her production, and he was very proud about it. The moment we got in, he started talking about the piece and insisted on us meeting the artist. Finally, he introduced us to her and had her walk us to his bedroom to show us his new acquisition.
When we were in the room, she said: 'there it is', and pointed to one side of the bed. One of us thought it was the flowerpot, and started congratulating her on such an incredible piece of pottery. She said that it was not it, and showed us a piece of paper held to the wall with a pin, all wrinkled, and with lots of transparent tape on it. She said the paper portrayed her in a moment of great anguish in her life, when she cut the paper with a cutter, mended it with tape, and cut it again on the same place, repeatedly, as it had happened to her soul and her attempt to recover herself from the wounds.
I was looking at her with a face like "come on, you're making fun of us, this is not the piece we have all been listening about".
But she seemed to understand that the look in my face was a look of interest, as if asking for further explanation on its concept, so she added very seriously:
"It's all about process".

Chicago IL, september 4th, 2009


En Estados Unidos, que alguien tenga una alergia, no es problema del que la tiene, sino un tema de conversación y algo por lo que deben preocuparse exageradamente todos los que están alrededor.
Si yo pelo una naranja y el de al lado me dice "disculpa, soy alérgico a la naranja", el problema lo tengo yo, porque él no se va a mover de su lugar (a pesar de que él tiene el problema con la naranja) y si yo no voy a comerla a otro lado o no la saco de su vista, todo el mundo opinará que soy un grosero.
Este tipo de situaciones suceden todo el tiempo, y la gente se va perfeccionando en cómo manipular a los demás en función de estos "detallecitos".
Un ejemplo claro es el de un amigo al que le regalé un libro, pensando que a él podía interesarle mucho. Es un libro antiguo (de los '60) y tuve que comprarlo usado porque nuevo no lo conseguía. Un año después, me encontré el libro en su casa y le pregunté entusiasmado: "¿Lo leíste? ¿Te gustó?". Él me respondió que no pudo, porque el papel de los libros viejos le da alergia. Si me hubiera dicho que no tuvo tiempo, yo tendría derecho a enojarme, porque sé que se dio tiempo para muchísimas otras cosas; pero frente a la excusa de la alergia, me dejó totalmente desarmado y tuve que responder lo que socialmente se espera que responda frente a una dolencia de este tipo:
- Oh, I'm so sorry...

Chicago IL, septiembre 2009

2009-10-08



Fuimos a pasar unos días a la cabaña de veraneo de un amigo en Crystal Lake, al norte de Michigan. Él debía volver a trabajar, entonces nos dejó solos en la cabaña durante la semana, con instrucciones específicas sobre la basura, como por ejemplo: había que sacarla hasta la carretera, en unas bolsas amarillas que tienen un logo en especial. Yo le presté atención pero parece que no fue suficiente. La primera vez, no se llevaron la basura porque no la dejé en el ‘spot’ correcto (la dejé como a 5 metros de distancia). La segunda vez saqué la basura un día antes del día que debía sacarla, entonces una vecina nos habló para decirnos que habíamos hecho mal en sacarla antes, porque esa basura traía toda clase de alimañas a la zona.
Para evitar que algo así sucediera nuevamente, otra de nuestras vecinas decidió tomar riendas en el asunto y, el día de recolección de la basura (viernes) nos llamó como a las 8:15 AM y dejó un mensaje en la contestadora: “Hi, guys! It’s judy! I am just calling you to let you know that today is Garbage day”.
Cuando escuchamos el mensaje, nos miramos entre nosotros sin poder creer lo que estábamos viviendo. Nos hablaba de Garbage day como si fuera un feriado nacional.
2 horas más tarde estábamos en el supermercado, en el pueblo más cercano a la cabaña, y de repente vimos a una señora gorda con su carrito lleno de refrescos, papas fritas, y snacks de todo tipo. Mi amigo se dirigió a mí y me comentó: “supongo que la señora se está preparando para la Garbage Day Party”.
Frankfort, Michigan, September 2009


Para los niños, dice el psicólogo Piaget, la verdadera realidad está constituida por lo que nosotros llamamos fantasía: entre dos explicaciones de un fenómeno, una racional y otra maravillosa, escogen fatalmente la segunda porque les parece más convincente.


Por la violencia de la razón, las palabras se desprenden del ritmo.

De “El arco y la lira”, capítulo “Verso y Prosa”, Octavio Paz, 1956

2009-10-05



Ya relaté en una oportunidad mi experiencia con las “actitudes sospechosas” (http://lonegaretodo.blogspot.com/2009/06/yo-vivia-en-el-piso-26.html) .
Respecto a este tema, una situación similar se me presentó hace poco. Iba caminando por la calle y avisté a una de estas personas, un joven, que, con una camiseta que decía HUMAN RIGHTS y unos volantes en la mano, me saludaba y me hacía una sonrisa mecánica esperando que me detuviera a escucharlo.
Para no ser un antipático, decidí devolver la sonrisa; eso no significaba que necesariamente debiera pararme a escuchar su discurso. Al fin y al cabo, ¿qué daño podía hacerme devolverle la sonrisa a un muchacho que con su trabajo promovía los Derechos Humanos?
Le sonreí y él, viendo respuesta de mi parte, exclamó: “do you have 3 minutes for Gay Rights?”
Michigan Ave, Chicago, IL, septiembre 2009


Yo estaba leyendo “El arco y la lira”, de Octavio Paz (1956). Era para mí un gran descubrimiento, encontrar en esas líneas, la esencia del pensamiento de muchos amigos y colegas, así como la raíz de muchas acciones y pensamientos que yo había tenido, por simple instinto, pero sin jamás haber leído ninguna de sus líneas. Traté de compartir esta satisfacción, este hallazgo, con un amigo que acababa de conocer. Comencé a exponerle la situación en términos de los lineamientos que el autor hace sobre la creación poética y cómo eso se relacionaba con el trabajo que, de manera inconciente, yo había venido realizando. “Este libro es para mí como…” y no encontraba la palabra exacta para definirlo. Él trató de ayudarme, supongo, y dijo: “muy profundo”.

Lo miré a los ojos y me dije para mis adentros: “por Dios, ¿con quién estoy hablando?”

Crystal Lake, Michigan, septiembre 2009


El hijo de mi amiga tiene 2 años y medio y todavía no habla. Todos estamos un poco angustiados al respecto. Sin embargo, otra persona nos contó de un caso similar, y parece que tiene mucho que ver con la necesidad que los niños tienen de expresar palabras para conseguir lo que quieren. El ejemplo que esta persona nos dio fue el de su sobrino, que tampoco había dicho una sola palabra hasta los 3 años. Un día su padre lo vio jugando con un tomacorriente en la pared, y le gritó para alejarlo del peligro. El niño se dio media vuelta y, con soberbia y perfecta dicción, articuló sus primeras palabras: “no me electrocuto”.


Mi pensamiento sobre la pieza musical “Balada para Adeline” (Paul de Senneville, 1976, popularizada por Richard Clayderman), desde la primera vez que la oí, fue: “¿cómo alguien podría pensar cosas malas con esta música de fondo?” Incluso, el famoso dicho: “la música amansa las fieras”, tuvo para mí entonces una banda de sonido.


Fuimos a ver el examen de piano del hijo de una amiga. Él, junto con otros 14 niños de distintas edades, se sentaban a ejecutar breves piezas que el maestro calificaba; durante la semana comunicaría los resultados. La primera en tocar fue una niña dubitativa, que se equivocó de manera repetida, y con miedo se dirigió al profesor, con la voz quebrada: “maestro, no puedo”. ¡Casi me pongo a llorar! Me di cuenta de que no estoy listo para tener niños, ni para ir a eventos escolares ni nada por el estilo. Si fuera padre, sería un caso patético: avergonzaría a mis hijos.
Escuela Yamaha, Mexico DF, agosto 2009


Un verano en Mar del Plata, a mediados de los años ’80, cada noche se paraba en la calle, a las 9:30 PM, una banda de tambores y trompetas a entonar distintas melodías por espacio de media hora: ‘Los santos vienen marchando’, ‘Te llevo bajo mi piel’, entre otras. Todos los vecinos y veraneantes salían a sus balcones a escuchar, aplaudir, bailar, o simplemente sonreír. La primera vez fue una gran sorpresa. Luego se transformó en algo diario y todos decían “ahí está la banda”, y corrían al balcón. Lo extraño fue, creo yo, que nadie se preguntó nunca para quién tocaba esa banda, por qué venía siempre al mismo lugar, quién les había pagado. Su ubicación era bastante insólita: en la vereda, casi a mitad de cuadra, frente a un edificio común. En la misma cuadra estaba el hotel de Luz y Fuerza, pero ellos no se acomodaban en la vereda del hotel, ni siquiera enfrente: estaban bajo un edificio de departamentos, apuntando hacia la verdulería.

Nunca volvimos a hablar del tema con mis padres ni con mis abuelos, con quienes solía veranear entonces. La banda vino solamente ese año y nadie supo por qué.


Caminando un día de frío por la calle, muy abrigado, vi a una persona pasar en mangas cortas. Me pregunté: ¿cómo puede ser que yo sienta frío y él no? Entonces me di cuenta de lo siguiente: el frío lo sentimos todos. La diferencia es que yo siento el frío y ‘me da frío’, me estremezco. Él, como otra gente, siente que hay una masa de aire frío a su alrededor, la siente en su piel, pero eso no le produce ningún tipo de sufrimiento.

2009-10-04



Una chica que conozco, envía un correo en cadena con el siguiente texto: “El documento de Power Point que les envío lo elaboré yo misma, con una noticia que encontré en El Universal. Me gustaría conocer su opinión al respecto”. Abro el documento mencionado y me encuentro con una nota que habla de lo siguiente: “Antes de convertirse en un militar y político, Adolfo Hitler quiso ser artista.” Luego de mostrar varios de sus cuadros (paisajes que normalmente incluyen componentes de arquitectura), la conclusión de su presentación Power Point es la siguiente: “No es tan descabellado pensar que si este hombre hubiera recibido el reconocimiento que desea todo artista, no hubiera sucedido el Holocausto.”
Que alguien me diga qué le contesto a esta chica…

Adriana Salas, México DF, septiembre 2009

2009-09-27



Entre que no soy muy bueno para cargar gasolina, porque ya hay demasiada información en los surtidores, encima me ponen al lado, en una columna, toda esta información que me considero incapaz de procesar. Creo que mi logro más grande fue no meterme con el auto adentro de la tiendita de la gasolinería…

Chicago, IL, septiembre 2009





Cuando me acerqué al bebedero y vi este cartel que decía “moje su silbato” (en Argentina comúnmente llamado ‘pito’) me reí. Mi amigo (que no habla español) quiso saber de qué me reía. Yo le pregunté si en Estados Unidos no se le decía ‘pito’ al órgano sexual masculino, y me dijo que no. Entonces tuve un momento de reflexión: para describir coloquialmente un felatio, los americanos hablan de un ‘blow job’ (un ‘trabajo de soplada’). Fue ahí que caí en la cuestión de por qué se le dice pito… ¿porque está hecho para soplarlo? ¿Qué clase de educación nos dieron nuestras madres? Ellas que creían que la forma más inocente de llamar al miembro era decirle ‘pito’… mejor que le digan “pija”, “verga”, “chota”, “poronga”, que no tiene ninguna connotación pornográfica o interactiva.

Frederik Meijer Gardens and Sculpture Park, Michigan, septiembre 2009