2008-08-31



El director del orfanato era humilde, conflictuado, y el señor que hacía la donación al orfanato era super rico, sin problemas. El director sospechaba de él (tanta generosidad era sospechosa). El rico lo mira y le dice: “no se necesita ser pobre para tener buenas intenciones”.

Después de la boda (Efter Bryllupet), Susanne Bier,
Dinamarca, 2006


Reportado por Armando Miguélez,

metro de San Francisco, agosto 29, 2008

2008-08-29



“Si vas a decorar tu casa con alcatraces, por favor que no sean cuadros. Si es necesario, haz varios agujeros en la pared y en cada uno pon un alcatraz diferente todos los días, pero por favor, no pongas cuadros de alcatraces.”

Máximo González, diciembre 2007



¿Cómo puede ser que alguien quiera tirar el árbol de Ana Frank, por más podrido que esté?

marzo 10, 2007

Pero bueno, hace poco leí que se terminó cayendo solo, en una tormenta:


Supongo que eso es más aceptable para cualquiera, sobre todo para Ana.
septiembre 2010


Cuando se trabaja sobre un mismo concepto pero con distintos enfoques, podemos estar hablando de lo mismo pero diciendo algo diametralmente opuesto. Eso me sucedió cuando descubrí que “naturaleza muerta” traducido al inglés se dice “still life” (vida inmóvil / quieta).


Él estaba haciendo un proceso de selección de personal. Estaba buscando un ingeniero en sistemas con experiencia en procesos contables. Había revisado varios curriculums y seleccionado los que más le interesaban. Procedió a llamar a la casa de Alma Laura Hernández.
- ¿Buenooooo? – contestó la voz de un hombre de educación aparentemente no sofisticada.
- Estoy buscando a Alma Laura Hernández.
- Está en el baño. ¿Para qué la quiere?
- Le hablo de la empresa (...) para coordinar una entrevista laboral con ella.
- Es que está bien chorriyenta.
- ¿Perdón?
- Sí, no ha salido del baño. Está cague y cague...
- Uy, pobrecita – dijo el reclutador, sin poder salir de su incredulidad y tratando de sonar compasivo -, ¿y se toma algo?
- Sí, claro, pero ya ve que es bien atascada esta cabrona. ¡Le encantan los tacos de nana!

Roberto Aguilera, enero 2008


Me paré frente a un puesto callejero que vendía pulseras tejidas. Me parecieron muy simpáticas sobre todo porque me hacían acordar a una técnica de tejido que usaban mis abuelas aunque a detalle no se veía exactamente igual. Para sacarme la duda le pregunté a la vendedora:
- ¿Es macramé?
- Sí – me dijo ella, presurosa.
Como “conozco a mi gente” (así dicen en México) insistí en mi pregunta: volví a formularla pero ya con una expresión seria, de interés, no como un comprador-turista casual que pasa y lleva lo que hay sino como alguien que está buscando algo en particular y se disgustaría mucho de llevarlo y que luego resulte otra cosa.
- ¿Es macramé? – insistí.
- No – dijo ella con sentimiento de culpa -. Es pulseras.


México DF, enero 2008





- Qué divertido – observó alguien -. Tu hermana nunca dice “sí”, siempre dice “bueno”.
En ese momento sentí una culpa muy grande. Durante nuestra infancia (hace 30 años) íbamos a la casa de nuestra amiga Carola y, a menudo, su madre preparaba un strudel exquisito. Ella nos preguntaba si queríamos, y mi hermana decía “sí”. Yo le reprochaba: “no digas ‘sí’, pareces una muerta de hambre. Mejor di ‘bueno’ “.
Hay daños irreversibles.


La convocatoria del festival era para una colaboración entre 2 artistas de disciplinas distintas.
Él, artista plástico, fue uno de los finalistas y le tocó trabajar junto a una bailarina. Yo hubiera estado muy preocupado acerca de cuál sería la obra a ejecutar entre esas dos disciplinas, cómo habría de ser desarrollada y quería saber cómo él se sentía al respecto, si ya había hablado con su colega y si tenían algo planeado.
- La verdad, no – dijo muy tranquilo -. Pero supongo que haré una escultura y ella bailará encima.

Armando Miguélez, México DF, febrero 2008



Hacer una antología es documentar una época. Yo quiero hacerla (la época).



“Nada se cae por una sola persona (ni tampoco se salva por una).”

Samuel Bossini, abril 2008



Por un motivo que no entiendo, es muy común ver en las esquinas del Centro Histórico de la Ciudad de México a los oficiales de tránsito haciendo señas y dando indicaciones viales de manera adicional a las indicaciones que proveen los semáforos. Una seña muy común es la manita que mueven para adelante y para atrás indicando “aváncele”. No me consta que sirva para nada. Sobre todo porque se los ve totalmente embotados en el proceso de desembotar a los demás. De vez en cuando parece que despiertan de su sopor y entonces lo gritan verbalmente: “¡¡¡Aváncele!!! ¡¡¡Aváncele!!!” (nomás les falta puntualizar ‘pendejo’). Otras veces reciben apoyo de una patrulla estacionada que, haciendo uso del altavoz, en correcto castellano solicita: “caballero, no ocasione un accidente”.


México DF, 2007




Es sano – me dijo -, como todo lo que hay en el mar.A mí se me vinieron a la mente imágenes de llantas, bolsas de plástico, petróleo y zapatos viejos.


El verano había llegado anticipadamente y en medio de esta moda de hablar del calor, en el hall de entrada al metro me encontré con una mesa, un garrafón de agua y unos vasitos cónicos de papel. Junto a ellos, una señora de pie llenaba los vasitos y se los daba a la gente. Encima de ella había un cartel inmenso con una flecha gruesa que apuntaba hacia abajo donde decía “CENTRO DE HIDRATACIÓN”


Metro Chapultepec, México DF, abril 2008



Él es politólogo y comunicólogo. En resumidas cuentas, si de algo sabe es de cómo hablarle a la gente según el contexto, la situación social, los intereses que hay de por medio, y sobre todo entendiendo lo que cada uno quiere conseguir.
Sin embargo, con sus amigos es un poco menos profesional. El otro día, uno de ellos no pudo acudir a una comida que tenían agendada. Él se molestó tanto que le escribió un e-mail donde el Asunto decía: “No mames”.

Oscar Torres y Daniel González Marín, abril 2008


“Los poetas no quieren ser Madonna.”

Iván Buenader, abril 21, 2008


Hay que reconocer el logro de algunos discursos publicitarios que despliegan los vendedores del metro en sus micro-emprendimientos.
Sin embargo, hay un ‘slogan’ un tanto estándar que muchos repiten y que tiene una importante falla semántica: “10 es lo que vale, 10 es lo que cuesta”.
Si vale lo mismo que cuesta no es gran negocio: a la gente que entiende un poco más sobre el lenguaje le gustaría saber que vale 100 pero le cuesta 10.


El reportero le preguntó:
- ¿A qué se dedica?
- Malandrín – dijo él.
- ¿Desde cuándo?
- Unas 3 semanas.

Noticiero de la tarde, México DF, mayo 2008

2008-08-28



Ella aspiró del porro, muy contenta.“Nunca me había drogado en los Estados Unidos” – comentó.


En Estados Unidos las leyes son muy estrictas: los bares deben cerrar a las 3 a.m. y tampoco se puede servir bebida alcohólica después de esa hora. Por ello, a las 2:50 a.m. suena una campana, la de la “última llamada para alcohol”, y todos aquellos que quieran un último trago deben correr a comprarlo y tomarlo antes de las 3.
A las 2:55 a.m. los meseros comienzan a pasar frenéticamente entre la gente tratando de recoger los últimos vasos, gritando “drink fast” o “drink up”.
A las 3 a.m. en punto todos están en la calle... Claro: con mínimo 2 cervezas adicionales cada uno que acaban de tragarse a las apuradas y que recién comienzan a hacer el mejor de sus efectos.
Es interesante ese concepto de evitar los excesos procurando provocarlos.


Un camión con un cartel gigante pasó frente a mí: “STERICYCLE” – decía.
No sé qué producto o servicio provean, pero es evidente que están aprovechando la manía de la asepsia y la moda del reciclaje y se van a llenar de dinero.

www.stericycle.com

San Francisco, mayo 2008


“Dyke!” – gritaba al aire el señor, mitad homeless, mitad junkie, a quien quisiera escucharlo -. “Yes, you, dyke! Put your fucking hands on me! I’m in the back of a dollar bill!”

Little Italy, San Francisco, mayo 2008

I tasted Pepsi the other day – me dijo ella, sonriente, cabello renegrido, tez blanca, ojos verdes preciosos, de unos 20 años -. ¿Did you ever taste Pepsi?
Me hizo sentir un anciano.
San Francisco, mayo 2008

2008-08-27

Foto: paulstanley.com

Sobre el césped había apenas algunos transeúntes esperando el espectáculo. La banda de rock salió a escena y la vocalista sobre todo, estaba bastante energizada. “¡Good morning!” – berreó como una descosida. Y eran las 3 de la tarde. Se ve que recién se levantaba...

Japantown, San Francisco, CA, mayo 2008


Le pregunté qué opinaba del matrimonio de nuestra amiga. Y él dijo:
- Ojalá que no se le ocurra embarazarse... ¡pobre vástago!

2008-08-26



Fonda La Auténtica, Autopista del Sol, México-Acapulco, mayo 2008


“Aquellos pasajeros que no entregaron el pase de abordar favor de proceder a realizar esta acción.”
¿Así o más enroscado el mensaje?

United Airlines, México DF, mayo 2008


Mi hermano me odia. Pero me regala en Navidad. Y yo no lo cojo.

Nacho Valle, Valencia, España, junio 2008



En el metro venden una colección de cuentos de María Soriano por la conveniente suma de 10$. Son de un género un tanto difícil de encasillar (sería injusto decir que es ‘ficción’, pero más injusto sería para el lector decir que es ‘autoayuda’). Entre sus cuentos podemos encontrar: “Mi mamá es alcohólica”, “Papá cuánto ganas para comprar un minuto de tu tiempo” o “Mamá, soy tu hijo que no nació”.

Metro línea rosa, México DF, febrero 2008

Todo se trata de abrir ventanas y crear corrientes.

Cynthia Miguélez, Alicante, España, junio 2008


- Con permiso – le dije a la señorita, para que me dejara sentarme en el autobús del lado de la ventana, donde daba el sol.
- Puedes pasar – me dijo ella -, pero está muy radiante.

Granada, España, julio 2008


La chica le pidió al mesero que le cambiara el platito del café pues se le había volcado un poco. Él, muy sonriente, se lo cambió (“está contento o le coquetea”, pensé).
Luego yo lo llamé y le pedí que me re-calentara mi sandwich. Él, muy sonriente, lo recalentó y me lo trajo (“le gusta satisfacer al cliente”, pensé).
Más tarde, cuando me iba vi que estaba limpiando las mesas con un trapo y lo hacía muy sonrientemente (“tiene la cara así”, confirmé).

Alemería, España, junio 2008



Dos mujeres pasaban junto a mí. Una de ellas se quejaba de una amiga en común (supongo).
- Si ella no fuera como es, esto no pasaría. Pero como es como es...

España, 2008


Una señora muy elegante y bien peinada se subió al avión y comenzó a buscar su asiento. Se veía un poco desorientada. Inmediatamente preguntó cuáles eran los pares y cuáles los impares. Nosotros le dijimos que estaban mezclados. Ella se disculpó: “lo que pasa es que en algunos teatros es así, ¿no?”

Madrid-Londres, julio 2008



“Los ojos son para siempre” – rezaba una publicidad en la parada del autobús.
Fue entonces que me di cuenta de que no sólo los ojos, sino todas las partes de mi cuerpo eran para siempre, y comencé a acariciarlas con vehemencia.



“10 o 15 personas con fama de inteligentes ya dijeron, hace más de 100 años y en 3 líneas solamente, lo que tú dijiste en tooooooodo este texto.”

Pedro Pablo Martínez, noviembre 2007



“Sacro como el amor de la pareja” – decía el verso de la poeta.
“No le haces favor ni a uno ni a otro” – le puntualizó el maestro.

Taller de Cardo, Tacubaya, México DF, noviembre 2007


Cuando anunció que debía hacer una lectura más oriental del poema, nadie imaginó que iba a achinarse los ojos para volver a leerlo.

2008-08-25



La libertad es un derecho pero sobre todo un sentimiento.
La última vez que lo experimenté fue en el mes de mayo, en San Francisco.
La tarde era soleada y el viento entraba por las ventanas del auto en el que íbamos a toda velocidad. En la radio sonaba “Sugarpie, honeybunch (you know that I love you!)” y los carteles en la calle decían “all lanes to Golden Gate”.

San Francisco, mayo 17, 2008



Ella nos platicaba sobre los galanes que hacían fila para conquistarla en su temprana juventud: “En ese entonces yo tenía un cuerpo muy tentativo”

Ricarda “Yopes”, Pie de la Cuesta, Guerrero, México, mayo 25, 2008



A la hora de despegar el avión, las azafatas deben describir obligatoriamente una serie de procedimientos de seguridad que pueden ser muy cansadores (tanto para ellas como para los pasajeros). Pero éstas dos explicaron cómo usar el chaleco salvavidas de una manera que yo nunca antes había visto: primero dijeron dónde estaba, luego cómo sacarlo de abajo del asiento, cómo abrir la bolsa (porque estaban en una bolsa), cómo sacarlo de la bolsa, cómo colocárselo, cómo ajustarlo, cómo inflarlo, cómo inflarlo si no se inflaba solo o si necesitaba uno ‘flotación adicional’. Al final aclararon que no lo sacaran de su lugar a menos que fuera necesario (yo creo que era altamente necesario; había que familiarizarse con semejante proceso para garantizar el éxito de los resultados en caso de una emergencia).

Aerolínea Iberia, Londres-Madrid, junio 15, 2008


¿Conoces a esa señora que vende pastelitos de banana y de choclo? – le dije a mi amiga, refiriéndome a una señora que pasa por la playa todos los días a las 5 PM.
- No – dijo ella -, pero conozco a una que trae de plátano y de elote.

Pie de la Cuesta, Guerrero, México, mayo 2008


En la tele, cuando España ganó la EuroCopa (junio 2008) el reportero muy entusiasmado decía:
- Estas ocasiones nos muestran a todos como somos. Nos hacen más iguales. ¿Han visto cómo festejó el Príncipe? ¿Han visto cómo festejó la Princesa?
- No – pensé -. No te confundas. No somos más iguales: el príncipe es el príncipe, y la princesa es la princesa.


Dentro de la innumerabilidad de cosas que pueden decirse sobre el Metro de la Ciudad de México yo quiero decir que es un sitio amoroso: hay una necesidad que tienen las parejas de abrazarse y besarse, de ‘franelearse’ incansablemente mientras esperan que el tren llegue. Y sobre todo existe esta especie de ritual en el cual, no bien se suben al vagón y la puerta se cierra, se plantan un beso.

México DF, octubre 2007
En toda la región de Andalucía (sobre todo en Córdoba) percibí cierta aversión hacia el mundo de las computadoras. Entre los síntomas que advertí se encuentran los siguientes (la enunciación es nominativa y no taxativa):
- En la estación de trenes los sistemas de Córdoba no estaban conectados con los de Madrid, por lo que si quería comprar un boleto de Córdoba-Madrid y otro Madrid-León, podía comprar el primero pero el segundo debía comprarlo en Madrid.
- Una pareja cordobesa en sus 30 y tantos años de edad nos comentó que “lo último que entraría a nuestra casa es un ordenador”
- En el hotel, cuando preguntamos dónde podíamos conectarnos a Internet, nos enviaron a esta especie de cajero automático.



Córdoba, España, julio 2008
En el baño del autobús encontré este cartel:



Si bien podía imaginarme a qué se referían, no pude evitar cuestionarme qué sería un “uso mayor”.

Carretera Alicante-Murcia, España, junio 2008

2008-08-22



“Una vez que viste quemarse una, ya las viste quemarse todas.”

Armando Miguélez, sobre las hogueras de San Juan
Alicante, España, junio 2008


Estaban buscando su hotel desde el mirador de la Alhambra.
“Ahí es” – dijo él – “donde está el árbol y los dos troncos marrones”.
“Sí, ya lo vi” – dijo ella.

Granada, España, julio 2008


Estaba en el súper pagando en el área de Cajas y pedí una caja de cartón. Me dijeron que no tenían, pero si cooperaba con 10 $ mexicanos para la campaña “Un kilo de ayuda” me podían dar 5 cajas a cambio.
Me pareció más que justo, así que pagué los 10 $ y me fui al fondo (donde me mandaron) por mis cajas.
Llegando al lugar, las cajas estaban adentro de un contenedor al cual no había acceso a nivel del ser humano: había que colgarse (Dios sabe cómo) hasta un agujero y, mientras hacía equilibrio sobre mi estómago, agarrar 5 desperdicios semihúmedos de cajas en la oscuridad. Vi a un joven empleado y le pregunté si me podía ayudar. Me dijo que “él no estaba para eso”. Volví entonces al área de Cajas y reclamé a la señorita que necesitaba que alguien me diera mis cajas. Ella me indicó que yo mismo debía agarrarlas.
Me enojé tanto que le dije: “¿no les alcanza con que ayude a los niños pobres que también quieren que me rompa la cabeza por ellos?”

Superama de Pachuca, Colonia Condesa, México DF, mayo 2008


- “Yo no te pido la luna” es una canción de Daniela Romo – dije.
- No – me corrigió ella -. Es de una italiana que se llama Fiordaliso y con esa canción ganó el Festival de San Remo.
- Bueno: pero podría ser que fuera de Daniela Romo y que la italiana la usó para el festival.
Ella me miró fijo y se ofendió muchísimo:
- ¡No te hagas! – me acusó -. Tú también lo sabes.

Alice Monsanghini, México DF, junio 2008-08