2012-01-11


foto: Sofía Buenader

Aeropuerto Internacional de Ezeiza. Ya todos han hecho migraciones y han pasado por el duty free shop. Están listos para partir (argentinos y extranjeros). Varios se acercan a la Casa de Cambio.

Un matrimonio dice que quiere vender sus pesos argentinos.

- ¿Argentino o extranjero? – le pregunta la empleada del lugar.

- Españoles – dice el hombre. Muestra su pasaporte.

- Para cambiarle necesito el comprobante de compra de los pesos - dice ella.

- Tengo el ticket que me dio el cajero automático – dice él.

- No – sentencia ella -. Debe ser el comprobante de extracción de un banco o de una casa de cambio.

Abreviemos todo lo que dijo el hombre, secundado por su esposa. Varios extranjeros más se acercan para cambiar sus pesos todos con nulos resultados (decir ‘escasos’ sería una exageración). El desconcierto se ve agravado por la dificultad de interpretación que tienen los extranjeros (la empleada sólo habla castellano).

Pienso en positivo: la idea del gobierno no es evitar que se lleven los dólares, sino tratar de que se lleven los pesos.

Ezeiza, Prov. Buenos Aires, Argentina, enero 2012

2012-01-09


Cuando ese señor hizo la siguiente declaración me dio un poco de miedo. Una declaración semejante nos enfrenta una cotideaneidad social-económica parecida a la que sucedió en Argentina luego del estallido de diciembre 2001.

- Hay mucha crisis. – dice el hombre -. Otra vez aparecieron muchos clubs del trueque.

- ¿Sí? ¿Cuántos? – le pregunta su interlocutor.

- No sé. Muchos.

- ¿Y por dónde?

- No sé. Por todos lados.

- ¿Y qué se puede cambiar?

- No sé. De todo.

Cuando concluyeron los detalles de su noticia, me sentí un poco menos alarmado.

Restaurant La Argentina, Av. De Mayo, Buenos Aires, enero 2012

Son las 4 de la tarde. La zona: muy potable y transitada. Estoy en la parada del autobús. De repente, sonido de un cristal que se estrella, un culo asoma por la ventanilla de un auto y se sale con una cartera de mujer, se monta en su moto, y despega. Todo sucedió en un segundo: combinación letal de moto-chorro y cristalazo. La cabeza del tipo estaba totalmente cubierta por su casco. La placa de la moto, cubierta con cinta negra. ¿A quién identificar? ¿A quién denunciar?

Con tanto trabajo que dio, en el pasado, que los conductores de moto usen casco, ¿será que ahora debemos prohibir su uso para que esta gente no se convierta en armas inidentificables?

Libertador y Sarmiento, Buenos Aires, dic 2011


 It’s 4 PM. The area: very civilized and crowded. I am at the bus stop. Suddenly, sound of crashing glass, an ass is popping out of a car window and comes out with a woman’s purse, gets on his motorbike, and takes off. Everything happened in the blink of an eye: lethal combination of motorbike-thief and crash-glass-robbery. The guy’s head was fully covered by the helmet. The license plate of the motorbike, covered with black tape. Who to identify? Who to press charges against?

With all the difficulty that it was, in the past, to get motorbike drivers to wear helmets, is it posible that now we’ll have to forbid its use so that these people don’t become unidentifiable weapons?

Libertador and Sarmiento, Buenos Aires, Dec 2011

Cena en el patio de la casa de una amiga.

Una invitada cuenta la historia de un ropavejero que estaba cargando electrodomésticos en su carreta, tirada por un caballo, al punto de que era obvio que el animal no iba a poder moverla o moriría en el intento.

La invitada relata que se acercó al hombre y le dijo: “le cargás una heladera más y te denuncio”.

El hombre se la cargó. Y ella lo denunció.

Otra invitada intercede a favor del ropavejero, diciendo que era un pobre hombre que se quedaba sin su herramienta de trabajo. Ella entiende que el caballo es un animal, no una herramienta, pero estas personas han tenido una educación deficiente, han sido privados de sus oportunidades, y hacerles una jugada como denunciarlos por cargar el caballo es cruel.

La dueña de casa opina distinto. Dice que hay gente que es ‘mierda’ con los animales, así como algunos son ‘mierda’ con las mujeres, o con sus empleados, o con todo el mundo.

En ese momento aparece una cucaracha al otro lado de la mesa; asusta a un par de chicas. Un muchacho (por motivos que desconozco) se niega a matarla. Yo me paro y voy hasta el otro lado de la mesa, le doy un pisotón, la pateo al cantero, y regreso a sentarme.

- ¿Ves? – dice la que defiende al ropavejero -. Eso es también un ser vivo. ¿Qué diferencia hay entre una cucaracha y un caballo?

La miro a los ojos y le contesto:

- Disculpame, pero a mí la cucaracha no me carga ninguna heladera.

Buenos Aires, dic 2011



Dinner at a friend’s courtyard.

A guest tells the story of a junkman who was stacking home appliances on his wagon, pulled by a horse, at the point that it was obvious that the animal was going to be unable to move it or would die in the attempt.

The guest tells she approached the guy and told him: “you put one more refrigerator on it and I sue you”.

The man did. So she called the police.

Another guest appears to say something in favor of the junkman, saying that he is a poor man who is going to be deprived of a working tool. She understands that the horse is an animal, not a tool, but these people have had a lousy education, they have been deprived of opportunities, and making this ‘play’ on him is kind of cruel.

The owner of the house has a different opinion. She says that there are people who treat animals like shit, others who treat women like shit, or their employees, or everybody like shit.

Suddenly, a cockroach appears on the other side of the table and it scares a couple of girls. A guy (for a reason unknown by me) refuses to kill it. I stand up and walk to the other side of the table, step heavily on it, kick it to the flowerbed, and go back to sit down.

- You see – the one defending the junkman says -. That is also a living creature. What difference is there between a cockroach and a horse?

I look her in the eyes and answer:

- Excuse me, but that cockroach did not carry any fridge for me.

Buenos Aires, Dec 2011

Me subo al colectivo y le pregunto al conductor: “¿por dónde va ahora que está cerrada la calle Republiquetas?”

Luego sube una chica y le pregunta cuál es la calle en la que gira para abandonar Av. Del Libertador.

Luego sube otra y le pregunta a qué hora pasa el último de regreso.

"Ahora soy guía de turismo" – rezonga él.

Línea 130, ramal Panamericana, dic 2011



I get on the bus and ask the driver: “what street do you take now that Republiquetas St is closed?”.

Then a girl gets on and asks what is the street in which he turns to leave Del Libertador Ave.

Then another gets on and asks what time is the latest service in the opposite direction.

“Now I’m a tour guide” – he complains.

Line 130, Panamericana branch, Dec 2011

Dicen que un hombre se completa cuando tiene un hijo, planta un árbol y escribe un libro. ¿Pero qué pasa cuando el árbol que había plantado a los 9 años fue retirado por el Gobierno de la Ciudad para hacer una pista de skaters? ¿Sigue el hombre estando completo? ¿Puede darse ya por hecho? ¿O debería plantar un árbol nuevo?

Juramento y Figueroa Alcorta, Buenos Aires, dic 2011


They say that a man completes when he has a child, plants a tree and writes a book. But what happens when the tree that he had planted when he was 9 years old has been removed by the City Hall in order to build a skaters rink? Is the man still complete? Can he feel accomplished? Or should he plant a new tree?

Juramento and Figueroa Alcorta, Buenos Aires, Dec 2011


- ¿Usted cree en los santos?

- Sí, claro – dice ella, sin dudar -. Siempre que voy a la iglesia le rezo a uno y a otro, les pido, pero sobre todo: les agradezco.

- Pero usted ¿cree en los santos o en las imágenes que la Iglesia dice que los representa?

- Ay, nena, ya te dije que sí. ¡No me hagás un pastiche con la pregunta!

Tita Merello en entrevista con Lucho Avilés y rueda de preguntas y respuestas,
Buenos Aires, 1985

“todo está cargado en la memoria

arma de la vida, y de la historia”

León Gieco

“No creo que se pueda llegar más lejos que yo en la falta de inspiración. Un soplo de esterilidad ha devastado mi mente y se lo ha llevado todo, dejándome solo, en compañía de un tropel de pesares.

En mí hay alguien que me ha abandonado.”

Emil Cioran


En el banco hay una máquina que desconozco, instalada en la pared. Me acerco y leo: “defibrilador externo automático”. Me pregunto: ¿cuántos ataques al corazón habrá sufrido la gente en la época del ‘corralito’ para que en los bancos haya obligadamente un defibrilador, así como hay extinguidores de incendio?”.

Buenos Aires, dic 2011

Voy a la oficina de Claro en Uruguay y pregunto si allí puedo usar mi teléfono Claro de Argentina. Me dicen que sí, que la tarjeta la venden en el kiosco y sale lo mismo que en Buenos Aires. Voy al kiosco y compro una tarjeta de 150$ uruguayos. Como en Uruguay se puede pagar con el equivalente en pesos argentinos, la mujer me cobra 50$ argentinos. Ya lejos del kiosco recibo un mensaje que dice que a mi línea se han acreditado 32$ argentinos. Algo no me cierra. Vuelvo a la oficina de Claro y le pregunto a la misma chica sobre la diferencia. Me dice que vaya con la del kiosco para que me explique, porque si yo le puse el equivalente a 50$ argentinos, deberían haberse acreditado 50$ argentinos. Llego con la mujer del kiosco, y para hacer la historia breve, ella tiene una gran incapacidad de explicarme qué es lo que ha sucedido, pero es evidente que es un tema de diferencia de cotización de nuestras monedas que obviamente a mí me desfavorece. Intento convencerla con matemáticas pero no lo consigo. A la discusión se suman un heladero, un taxista, y un estudiante. Tratan de explicarme, sin éxito. Finalmente, la discusión política se presenta (no de mi parte) y nombran a mi presidenta.

- Yo no quiero hablar de política – declaro.

Con un gesto italiano en la punta de los dedos el taxista me dice:

- Cómo no vas a hablar de política… si esto es economía.

Por primera vez, tienen razón.

Uruguay, dic 2011

Una amiga hace buceo. Me cuenta que el fin de semana próximo irá a Salto, Uruguay, a una expedición. Me sorprende el destino: Uruguay tiene maravillosas playas, pero no lo sabía como un lugar de buceo.

- ¿Y qué puedes encontrar allí? – le pregunto.

- Algunos pescaditos – dice ella -, y un colectivo.

Al margen de que cada uno bucea para ver lo que tenga ganas, para constatar su declaración, le pregunto a otro amigo, que también hace buceo, acerca de este destino. Él lo confirma y agrega: “el tipo que hundió ese colectivo está preso: trató de hacerlo desaparecer para cobrar el seguro. Lo que no sabía es que ésa era zona de buceo y, lejos de hacerlo desaparecer, lo puso a la vista de todos”.

Buenos Aires, dic 2011


A friend of mine is a diver. She tells me that next weekend she’ll be in Salto, Uruguay, for an expedition. I am surprised by the destination: Uruguay has wonderful beaches, but I didn’t know it is a diving destination.

- And what can you find there? – I ask.

- Some little fish – she says -, and a bus.

Regardless of the fact that anyone can dive to see whatever they want to see, in order to assert her statement, I ask another friend, who is also a diver, about this destination. He confirms and adds: “the guy who sunk this bus is in jail: he tried to make it disappear in order to receive the insurance payment. What he did not know is that it was a diving area so, instead of making it disappear, he put it in front of everybody’s eyes”.

Buenos Aires, Dec 2011

“Please be careful with me

cause I'm sensitive

and I'd like to stay that way”

Jewel


 “Por favor sé cuidadoso conmigo

porque soy sensible

y me gustaría permanecer así”

Jewel


“la ciudad es el cielo del metro”

Juan Villoro


“the city is the sky of the subway”

Juan Villoro

¿“Urbanos” porque viven en la ciudad? ¿O por el tipo de artesanía que realizan?

Ante todo, el artesano es artesano. Quizá la aclaración va para aquellos que esperan encontrar una comunidad hippie.

En cualquier caso, no había nadie vendiendo en aquel lugar. Ni siquiera un mísero puestito para comprobar la razón epistemológica del cartel.

San Antonio de Areco, prov. Buenos Aires, dic 2011

Me pregunto si ella sabe que su presencia resulta magnífica frente a la soledad de tantos balcones.

Buenos Aires, enero 2012


 I wonder if she knows that her presence becomes magnificent in the solitude of so many balconies.

Buenos Aires, Jan 2012

Normalmente cuando veo a alguien en muletas pienso “pobre…”. Pero cuando vi a esta en tacones pensé: “divina!”.

Instituto Cardiológico de Buenos Aires, diciembre 2011

 
When I normally see someone on crutches I think “poor woman…”. But when I saw this one on high heels I thought: “divine!”.

Cardio Institute of Buenos Aires, Dec 2011

“¿Comer ‘sano’ con Coca-Cola?” – dijo mi amigo venezolano; no sé si por su habitual alimentación naturista o por influencias anti-imperialistas.

Av. Cabildo y Congreso, Buenos Aires, diciembre 2011

Café-bar “PICHÍN”. Acá entro y no pueden mirarme con cara rara si les pido usar el baño, ¿o sí?

Av. De Mayo, Buenos Aires, enero 2012

Si iban a proteger al Cristo de las manos que lo tocan para pedirle su bendición, yo lo hubiera cubierto por completo. Así, parece un dispositivo diseñado por la empresa que, gracias a Flavio Mendoza, trajo a la Argentina las bachas del Aqua Dance.

Catedral Metropolitana, Buenos Aires, enero 2012



Qué bueno que Cristina salió bien de la operación, si no, ya sé a quién iban a reclamarle…

Plaza de Mayo, Buenos Aires, 3 de enero de 2012

Ahora que el Gobierno de la Nación Argentina quitó el subsidio a la energía eléctrica… ¿quién va a pagar las luececitas que, en pleno día, bañan la Casa Rosada de violeta luminiscente?

Casa de Gobierno, Buenos Aires, Argentina, enero 2012



¿Quién es el cráneo enfermo que pergenió esta publicidad que discrimina a la tercera edad? ¿Quién es el cabeza hueca que le paga al cráneo enfermo para que la diseñe? ¿Quién es la mente atormentada de la empresa Comfort que aprueba la publicidad? ¿Quién es la persona que, en su sano juicio, compra Comfort después de esto?

Lo que más me amarga, es que Comfort no tendría negocio si las arrugas no existieran.

Publicado en suplemento Viva, Clarín, Buenos Aires, dic 2011

Personalmente, estaba subyugado por la escultura blanda que yacía en esta esquina de Av. La Pampa.

A la señora, en cambio, le preocupaba que, de su interior, pudiera saltar un ladrón, un punga, o un motochorro! Así que decidió poner su bolsa a salvo.

Belgrano, Buenos Aires, enero 2012

Durante un reciente viaje a mi ciudad natal, me vi tentado de visitar lugares que forman parte de mi pasado. Uno de ellos es el departamento de mi abuela, donde nací, en el barrio de Congreso. Actualmente es una oficina del Poder Legislativo. Hablé con mi padre sobre la posibilidad de aparecerme en la puerta de calle, mostrar mi antiguo documento donde figura esa dirección, y conmover al empleado de seguridad para que me deje entrar a ver mi antiguo espacio. Mi padre me dijo: “normalmente no conviene volver a los lugares, especialmente si se tienen buenos recuerdos”. No pude aguantar las ganas y me aparecí frente al edificio. Tomé esta foto. Pero no intenté entrar: mis recuerdos de aquel lugar no son buenos: son grandiosos.

Buenos Aires, enero 2012

Frecuentemente, en los sueños, se me aparece un lugar específico por el que transitaba en mi adolescencia.  Siempre me pregunto por qué se me aparece.  No tengo recuerdos buenos o malos de él, sólo la claridad de dónde estaba.  Atendiendo a la recomendación de mi padre, de “no volver a los lugares del pasado, sobre todo si se tienen buenos recuerdos”, reflexiono sobre este lugar del cuál no tengo emociones claras.  Entonces, ¿por qué vuelve?  Decido visitarlo por “Google Earth”.

La casa de mi madrina en Villa Devoto era, ante todo, un lugar remoto en la infancia. El viaje, de 45 minutos quizá, parecía tan largo como una excursión escolar. Su casa estaba en un barrio sencillo, de veredas de baldosas acanaladas, donde nunca pasaba nada a pesar de que mi madrina decía que, si salíamos solos a la calle, nos iban a robar los gitanos.

En este reciente viaje a Buenos Aires sentí el impulso de ir a visitar el barrio de mi difunta madrina y su casa. Recordé que allí nos reuníamos a comer todos los Primero de Año, las personas que más quería en aquel entonces. El día era una gloria de delicias y verano. De risas. Y al día siguiente, indefectiblemente el 2 de enero, siempre salíamos de vacaciones a la playa.

Atendiendo a la recomendación de mi padre de no volver a los lugares felices, sería un riesgo para mí visitar este lugar aunque sea por fuera. Ni siquiera por Google Earth. Es por eso que este post no tiene foto.

Buenos Aires, enero 2012