2010-04-07



















No recuerdo quién me regaló este libro, pero qué bueno para el que me lo regaló que yo no lo recuerde... ¡Es un verdadero desastre! Juro que intenté leerlo (20 horas de viaje y combinación de 3 vuelos me dieron muchísimo tiempo más que una simple oportunidad). Antes de bajar del avión, en mi destino final, lo dejé en el bolsillo del asiento (me daba pena tirarlo si podía haber algún infeliz que lo apreciara).

Días después nos juntamos en casa de un amigo. Alguien mencionó el proyecto “Libro Libre”, en el cual uno deja un libro en un banco de una plaza, en un café, en algún lugar público, para que otra persona lo encuentre e iniciar así una cadena de comunicación a través de la literatura. A mí el proyecto me encanta y, para ilustrar, conté la anécdota que había vivido días antes. La chica que sacó el tema me corrigió: “la idea es dejar un libro que te guste; y vos dejaste una mierda”. Me sonrojé.

Buenos Aires, febrero 2010

1 comentario:

Clarisa dijo...

Ivan, por suerte no te regalé este libro pero te regale otro desastroso que ya lo comentamos largo y tendido con el Maxi, vos y el Samuelson.. no sé si lo recordarás.... jajaja.
De todos modos considero que es bueno de vez en cuando -muy de vez en cuando- leer este tipo de libros y dejarlos tambien a otros que hagan su libre interpretación e influencia. Clarisa.