2010-06-20


Se me acercó una tipa en la calle y me preguntó: “¿querés un fixur?”

No entendí y le pedí que repitiera.

“¿Querés un fixur?”

Me tendió la mano con un papelito y entendí que no ofrecía servicios bucogenitales. Tomé el papelito y lo vi de cerca: me estaba ofreciendo el programa de partidos durante el Mundial de Fútbol. ¿En qué momento la palabra “fixture” se había vuelto algo tan cotidiano que yo tenía que decidir ‘si quería o no’ frente a la oferta de una repartidora de volantes?

Estación Belgrano R, ferrocarril Mitre, Buenos Aires, jueves 10 de junio, 2010

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