2011-05-29

 

En la esquina de Libertador y Echeverría, donde estaba la “Librería de las Américas”, se emplazó un edificio gigantesco.  Muchos de estos edificios ocupan hoy día recintos donde en mi infancia estaba el almacén, el quiosquito, la verdulería.  Resignado pienso: “no se puede detener el progreso”.
Días más tarde paso en colectivo muy cerca de allí y avisto un local diminuto, que se llama “Librería de las Américas”. ¿Serán los mismos dueños, que consiguieron sobrevivir, se mudaron y se achicaron?  El colectivo pasa raudo, pero a la mente se me viene el olor de los lápices nuevos y a los ojos se me vienen las lágrimas.

Buenos Aires, mayo 2011

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