2015-03-05


La instalación Herencia ha recabado, a lo largo de los años, miles de cándidas historias sobre cada uno de los platos que la compone.  Una de las más insólitas es la que nos contó una amiga cuando nos donó un bellísimo plato de talavera.  Nosotros le dijimos que no lo hiciera: siendo un plato tan bello, funcional y costoso, no debía desprenderse de él.  Ella insistió que iba a estar mejor con nosotros.  A fuerza de rechazárselo, debió confesar: “no quiero verlo en mi casa: me lo regaló mi cuñada ¡y la odio!”

Club de Golf Bosques de Santa Fe, México DF, 2013 

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