2016-01-18


Me alegra de sobremanera ver una casa cuyo frente está cercado por una reja inofensiva.  La reja se vuelve una caricia más que un límite.  La declaración amable de dónde empiezan los derechos de los demás y donde acaban los propios, pero no como un artículo del código civil, sino como un paso de danza o un pentagrama musical.

Saladas, Corrientes, enero 2016

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