2016-01-05


Una señora argentina está pagando su compra en una tienda de souvenirs. Su hijo pequeño está pidiéndole algo mientras ella realiza el pago.  Alterada, ella le grita: “¡¿me podés esperar un poquito?!”.

El señor que le está cobrando le dice: “sí, por supuesto”.

La mujer lo mira: no entiende cómo pudo pensar que se lo estaba diciendo a él.

Yo también lo miro: entiendo que este señor está acostumbrado a los maltratos de las señoras argentinas.

Puerto de Santa Cruz de Tenerife, España, diciembre 2015

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