2016-08-02



No salgo de mi asombro.  Son las 5 de la tarde y, desde la ventana de mi casa, veo que el señor que llegó al bar a las 10 AM sigue allí sentado, pasando de café a cervecita, de cervecita a jerez, y así un poco de todo.

Pasan algunas horas más, y a las 8:30 PM recibo una visita en mi casa.  Le señalo al señor desde la ventana, y le cuento que lleva 10 horas y media allí sentado, tomando.

-Sí, eso es muy común en España- me dice.

-Lo sé- aclaro-, ¿pero no tiene ningún lugar a donde ir?

-Quizá no quiere regresar a su casa.

-Lo entiendo, pero ya lleva más de 10 horas.  ¡Eso es más de una jornada laboral!

-Quizá esté de vacaciones.

-Aunque esté de vacaciones, ¿no tiene otro lugar donde ir?

-Pues eso es muy común en España- insiste-. Hay clientes que no se van nunca y el dueño del bar les deja las llaves para que cierren cuando acaben.

Lo miro y pienso qué es lo que él cree que estoy cuestionando con mi comentario.  Él piensa que cuestiono lo insólito, pero yo cuestiono lo inadecuado.

Salimos de mi casa. Regreso a eso de la 1:30 AM.  El bar se está cerrando.  El señor, que llegó a las 10 AM, se está retirando, 15 horas y media más tarde.  Se sube a su moto y, conduciendo, se va.

Alicante, España, julio 2016

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