2010-07-06


Todos platicábamos sobre la belleza arquitectónica de Buenos Aires y cómo, durante los últimos años, se habían demolido increíbles casas de la bella época francesa para ser reemplazadas por edificios sin estilo. Sólo un comensal no participaba, quien llevaba callado desde el comienzo de la cena. Era la persona que menos conocíamos, un invitado nuevo. Pensamos que era tímido, entonces le dimos la palabra.

-Yo soy la antítesis de ustedes – declaró, mirándonos a todos -. A mí me encantan los edificios enormes. A mí me encanta Cancún.

Buenos Aires, junio 2010

1 comentario:

Anónimo dijo...

No fue tan así che! parece el comentario de la Nanis....