2010-07-06



El taxista cree que está ofreciendo un gran servicio: tiene una televisión encendida en la cabecera del copiloto, para que el pasajero (yo) pueda ver tele. Además, tiene puesta la radio con música pop. Y por si fuera poco, está encendido su aparato de radiofrecuencia por el cual se oye, permanentemente, la voz de la operadora en la central de taxis.

Detesto estar siempre quejándome, así que trato de hacer un ejercicio de tolerancia: en vez de pedirle que apague algo, empiezo a cantar la canción de la radio. A ver si así se dá cuenta.

Buenos Aires, junio 2010

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