2014-12-18


Fuente: http://scs.viceland.com/int/v15n1/htdocs/el_nuevo_alarma/main_large.jpg

Mi amigo hace su obra plástica con folios extraídos de la ya inexistente revista Alarma.  Yo sabía de su existencia, pero nunca me detuve a ver una.  Él me muestra una de sus publicaciones. La cubierta es cruda, sangrienta, escandalosa, la abro y el interior está peor. Las letras parecen huir aterrorizadas de las imágenes. Siento que no puedo ver la revista. La cierro. Me vuelve a la imagen de la cubierta. Pongo la revista sobre la mesa, con la cubierta para abajo, ¡pero la contratapa está peor!  No sé si levantarla o dejarla allí. No sé cómo ponerla, porque por todos lados grita violencia.  No hay forma de apoyarla: de adentro y de afuera, del derecho y del revés, es siempre un espanto.

México DF, 2014

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